Perros de caza – Sabuesos (Bloodhounds) – Netflix – Crítica – Una serie coreana que destaca en su espectacular acción pero falla en su exceso de drama

‘Perros de caza’ (titulada en inglés ‘Bloodhounds’, y en Latinoamérica, ‘Sabuesos’), es una producción coreana de Netflix, la cual presenta una propuesta de acción y drama en el marco del mundo de los prestamistas. Yo me topé con el tráiler por casualidad, prometiendo una ensalada de hostias a la que era imposible resistirse, y aquí estamos, habiendo vistos sus ocho episodios, y con sentimientos encontrados.

Ojo, creo que estamos ante una gran serie, totalmente recomendable si te gustan los productos coreanos, y que tiene más luces que sombras, pero que resulta algo caótica, al querer combinar demasiados géneros en un conjunto que se siente algo irregular.

Pero mejor, comencemos por el principio. La serie se cocina a fuego lento, con unos primeros episodios de presentación de personajes, yendo in crescendo a medida que avanzan los capítulos. Si no tienes paciencia, seguramente te bajes del barco antes de tiempo, pero créeme cuando te digo que esto mejora, y mucho, ofreciendo algunos de los mejores combates de los últimos años. Y no estoy de broma.

Se sientes impactantes, sucios y verosímiles, con unos golpes que duelen, y unas coreografías deslumbrantes, convenciéndonos de que sus responsables saben muy bien lo qué se hacen. Y es que hace años que las producciones coreanas han adelantado por la derecha a las americanas, y sólo hay que echarle un vistazo a Perros de caza para darse cuenta de ello. Son tan buenos los combates, que se echan de menos en algunos episodios, deseando que haya bronca a cada minuto, pero no tenemos que olvidar que estamos ante un K-Drama, con todo lo que ello conlleva.

Y es que, como he comentado, estamos ante un cóctel de géneros bastante agitado, abordando el drama, la comedia, la acción o el thriller. Sólo les falta el terror y el romance para estar todos, agradeciéndose que no hayan apostado por este último, porque ya hubiese sido demasiado. Y precisamente ese es el gran problema de la serie, su exceso de drama, demasiado sentimentaloide y forzado en no pocos momentos, algo de lo que, no nos vamos a engañar, abusan en muchas producciones del Corea del Sur.

Tampoco acaba de cuajar el tono cómico que introducen, que ojo, siempre estaré a favor del humor, y funciona de manera aislada, coqueteando con un logrado toque anime, pero luego llega un tono más turbio y crudo no apto para todos los públicos, rompiendo la tónica establecida. No es una serie de fácil digestión, al no hacer prisioneros, pero si amas los thrillers violentos, estás en casa.

Por otro lado, puedo entender que hayan presentado esta historia de prestamistas sin escrúpulos en el marco de Covid, por aquello de la crisis económica y el auge de los oportunistas, pero a estas alturas del cuento, no sé hasta qué punto es fácil de ver una serie que nos recuerde los malos tiempos. Creo que es hora de pasar página y de olvidar la dichosa pandemia, porque reconozco que agobia recordar unos años para el olvido, y esta serie no ayuda.

Y ya que estamos sacando los platos sucios, hablamos de ocho episodios de una hora cada uno, siendo algo excesivo, además del talón de Aquiles de muchísimas series de hoy en día, coreanas incluidas. Habiendo visto la serie en su conjunto, creo que lo podrían haber reducido todo a seis episodios, con un exceso de personajes que acaparan demasiados minutos y restan agilidad al conjunto. No diré que se hace pesada, pero cuando los espectaculares combates desaparecen de nuestra vista, se pierde un poco la atención.

Y en este punto, sé lo que estáis pensando: ‘¿de verdad le ha gustado a este pintamonas la serie? Solo saca cosas malas…’ Pues esa es la clave, porque cuando una serie te gusta y le ves tanto potencial, te ves obligado a sacar sus desperfectos porque, de haberse pulido varios aspectos, estaríamos ante una de las mejores series de los últimos años. Eso sí, su final es bastante abrupto, desconociendo si habrá segunda temporada, que no me importaría, aunque se esté vendiendo como miniserie. Todo dependerá de su éxito, como siempre.

Respecto al reparto, todos están brillantes y nadie desentona, con unos protagonistas maravillosos y por los que te preocupas, queriéndoles desde el minuto uno, y unos villanos a los que odias sin miramientos, siendo repulsivos hasta la náusea, por lo que misión cumplida. Mención especial para algunos de los secundarios, como los dos sicarios del bando de los buenos, siendo fabulosos y merecedores de su propia serie. Una joya.

En conclusión, Perros de caza es una gran serie, muy recomendable si sabes a lo que vienes, y que ya merece la pena por sus sobresalientes combates o por su entregado reparto. Hay algunos contras, pero si te paras a analizar el conjunto, no empañan el resultado final. Me hubiese gustado menos drama y más acción, pero eso ya es a gusto del consumidor. Lo que es seguro es que nadie les puede quitar a estos perros su trofeo como una de las mejores series coreanas del momento. Viendo como reparten, no creo que nadie se atreva. Lo dicho, una ensalada de hostias la mar de disfrutable.

Crítica en vídeo:

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