Ted Lasso – Serie – Crítica – Una deliciosa comedia con un sensacional protagonista

Jason Sudeikis es un actor y cómico que me cautivó desde su aparición estelar en Carta Blanca (Hall Pass), divertida comedia de los Farrelly (aunque su premisa daba para más), en la que el actor robaba cada minuto de la cinta, y eso que el genial Owen Wilson era el otro protagonista. Desde entonces ha ido encadenando infinidad de producciones, casi todas ellas comedias.

Y es que estamos indudablemente ante un actor con una gran vis cómica, el cual nos ofrece una serie escrita y protagonizada por él mismo en la que un inocente entrenador de fútbol americano debe encargarse de un equipo de fútbol inglés, generando antipatías entre los jugadores y la afición debido a su inexperiencia.

La propuesta ha llegado sin hacer nada de ruido, quizás por ser cortesía de Apple TV, plataforma que no ha funcionado y en la que productos más que interesantes son relegados al olvido enseguida, o quizás porque hay saturación de series. La verdad es que es una pena que no se esté hablando más de Ted Lasso, porque estamos ante una comedia tan deliciosa como esperanzadora, cuyo sensacional protagonista justifica su visionado.

Hannah Waddingham and Jason Sudeikis star in «Ted Lasso,» premiering Friday on Apple TV+.

Cierto es que la premisa seguramente no suene tan bien sobre el papel, pero no se le puede restar originalidad al hecho de traer un entrenador inexperto y americano a un club de fútbol inglés, con todo lo que ello conlleva. La serie está muy bien dirigida, plasmando de forma exquisita la belleza del país y jugando sabiamente con los contrastes. Se agradece ver la espléndida Inglaterra, saliéndose un poco de lo común.

Sudeikis y sus compañeros escriben una propuesta fresca, desenfadada y con un protagonista entusiasta y redondo, al que es imposible no querer y que se convierte en el corazón de la serie. Sobra decir que el actor aprovecha su propio caramelo, ofreciendo una actuación entrañable y que le viene como anillo al dedo, hasta el punto de que resulta imposible imaginarse a otro actor en dicho papel.

Los peculiares y estupendos secundarios no se quedan atrás, cogiéndoles cariño a todos prácticamente desde el comienzo, en especial la dueña del equipo, llena de matices, o los narcisistas jugadores, sin olvidarnos del enigmático mejor amigo. Todo el reparto cumple, en un conjunto sin fisuras.

Tampoco se puede afirmar que estemos ante una maravilla, porque no lo es (ni lo pretende), siendo un producto ameno para pasar el rato con una sonrisa (aunque también hay espacio para las risas), siendo unos primeros episodios geniales y luego bajando un poco el nivel, pero nada realmente preocupante que no nos convenza de que estamos ante una humilde propuesta que merece la pena.

En conclusión, estamos ante una de las sorpresas del año, al ser una serie que toca el corazón con su sencillez y falta de pretensiones, además de tener uno de los protagonistas más majos de los últimos años. Muy recomendable, y más en los tiempos que corren. Deliciosa.

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